:: ¿Viven menos los zurdos? El peligro de malinterpretar las estadísticas

¿Viven menos los zurdos? El peligro de malinterpretar las estadísticas


Alrededor de los años 90, se publicó en dos prestigiosas revistas de medicina que los zurdos vivían en promedio 9 años menos que los diestros. Hoy en día, este mito sigue vigente en el ideario colectivo, pero, ¿qué tan cierto es?

El estudio de Halpern y Coren (1991) "Left-handedness: a marker for decreased survival fitness" indica que la proporción de zurdos en edades avanzadas es mucho menor que en edades jóvenes por lo que se infiere que mueren antes. Se argumenta que esto se debe a una mayor propensión a accidentes y a problemas fisiológicos desde el nacimiento.

Para comprobar este hecho, se preguntó a los familiares de 2000 difuntos recientes si el fallecido era zurdo o no y qué edad había alcanzado. La edad promedio de fallecimiento de los zurdos era 9 años menor ¿Cómo puede explicarse esta diferencia?

La explicación, que no fue obvia para buena parte de la comunidad científica en su momento, radica en el hecho de que no se está tomando en cuenta la exposición. Es cierto que hay poca gente muy anciana zurda, y que de los fallecidos la mayoría tenían menor edad, pero es indispensable saber cuánta gente zurda ha nacido a principios del siglo XX. En esos años, ser zurdo era considerado un problema por lo que se obligaba a los niños a escribir con la mano derecha provocando que muchos zurdos pasaran toda su vida como diestros. A medida que pasó el tiempo, se permitió que los niños usaran la mano que prefirieran, aumentando así la exposición de zurdos. Si vemos los fallecidos en 1990, los zurdos que veamos serán aquellos nacidos después de los años 30 por lo que sí o sí su edad promedio será menor que la de los diestros que tendremos nacidos desde principios del siglo.

Esta historia es un ejemplo de porqué es importante desarrollar el sentido para trabajar con modelos estadísticos. En el ámbito actuarial, más allá de los siniestros, el desafío suele estar en medir bien la exposición. De nada sirve un estudio de mortalidad o frecuencia si no estamos seguros de quiénes y por cuánto tiempo estuvieron expuestos a generar los eventos que observemos. Si te interesa este tipo de análisis, cada vez más requerido por aseguradoras y bancos para entender sus riesgos, te invitamos a inscribirte en el primer Magíster en Ciencia Actuarial de Chile que dicta la Universidad Católica.





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