En el salón de honor de la Casa Central, se realizó el pasado lunes 23 de abril, la inauguración del Instituto de Ingeniería Matemática y Computacional (IMC), nueva unidad académica de la Pontificia Universidad Católica de Chile. 

“Para la universidad, esto es un acto de gran significación. Este es el tercer instituto interfacultades, y toca un tema muy relevante, del presente y particularmente, del futuro”, señaló el rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Ignacio Sánchez, quien encabezó la ceremonia.
  

“La necesidad de aplicar e integrar conocimientos, se hace cada vez más indispensable para el adecuado desarrollo social y económico global. En este contexto, el desarrollo interdisciplinario de especialistas en modelación matemática avanzada y simulación computacional, es fundamental. Es un proceso global, que se alinea con el plan estratégico de la universidad”, expresó. 

El Instituto de Ingeniería Matemática y Computacional de la UC, busca crear conocimiento de frontera para aportar a la solución de problemas complejos de la sociedad y contribuir en la formación de excelencia de profesionales afines, capaces de enfrentar los problemas del siglo XXI, y fomentar la transferencia de conocimiento, por medio de colaboración I+D+I, constituyendo un aporte en la academia, industria y sociedad.

"La creación del IMC viene a cumplir un antiguo deseo instalado en el corazón de nuestra comunidad; que nuestra universidad tenga una unidad que permita la convergencia sinérgica de ingenieros, matemáticos, estadísticos y otros académicos interesados en colaborar y aportar a la solución de los grandes problemas, problemas difíciles que aquejan a nuestras comunidades y a la humanidad completa", señaló Mario Ponce, decano de la Facultad de Matemáticas. 

“El instituto no está solo en esta tarea. En el país hay muchas experiencias exitosas y similares. No vean al IMC como una competencia. Los problemas de desarrollo de nuestro país son tantos, tan difíciles y tan profundos, que cabemos todos. El país nos necesita a todos y nos necesita más que nunca; sepamos entregar a sus industrias, a sus organizaciones civiles, a su estado, las herramientas del más alto nivel”, agregó. 

Por su parte, el decano de la Facultad de Ingeniería, Juan Carlos de la Llera, destacó el rol que el proyecto Nueva Ingeniería para el 2030 de Corfo tiene en el impulso de proyectos de este tipo al interior de las universidades. 

“El desarrollo de esta iniciativa se enmarca en el proyecto ingeniería 2030 de Corfo, organismo que en el año 2013 lanzó el concurso nueva ingeniera para el 2030, con el motivo de apoyar a las escuelas de ingeniería del país en su transformación en escuelas de clase mundial y de esta forma ayudar a diversificar la base productiva del país y evitar la excesiva dependencia de la explotación de recursos naturales”, señaló. 

Por su parte, el director del IMC, Carlos Jerez, fue el encargado de dar a conocer el instituto a los presentes en la ceremonia. 

“¿Cómo procesar millones de datos para gestionar una ciudad inteligente?, ¿cómo diseñar mejores políticas públicas para reducir la delincuencia?, ¿cómo mejorar la eficiencia energética de los paneles solares?, ¿cómo 'hackear' el sistema nervioso para alivianar el dolor crónico?, ¿cómo predecir crisis y prescribir soluciones en el sistema hospitalario?, son sólo algunos de los desafíos en que el IMC ya está trabajando”, señaló. 

El IMC cuenta con un área de proyectos asesorada por académicos e investigadores de la universidad. Hasta el presente, destacan proyectos de investigación con empresas del ámbito privado, como Agrosuper, la Superintendencia de Combustibles y la Policía de Investigaciones de Chile. 

Algunos de los desafíos mencionados por el director del IMC son: la materialización del título de Ingeniero Civil Matemático y Computacional, la creación del minor de Amplitud en Ciencia de Datos y de un magíster y un doctorado interdisciplinario.

La ceremonia finalizó con una charla del PhD. Leszek Demkowicz, subdirector del Instituto de Ingeniería Computacional y Ciencias (ICES), de la Universidad de Texas de Austin.



IMC, una aspiración de largo aliento
 

La creación del Instituto de Ingeniería Matemática y Computacional, IMC, consolida un trabajo entre las facultades de Ingeniería y de Matemáticas de la UC, que se inició en 2011. 

“La idea inicial era reformar la carrera de Ingeniería Civil Industrial, diploma Ingeniería Matemática y crear un major en Ingeniería Matemática. En la medida que fuimos creando este programa, la relación entre ambas facultades, que hasta entonces era de carácter transaccional, comenzó a migrar a un espacio de colaboración, de intercambio de puntos de vista. Surgió la visión común de dirigir esfuerzos, no sólo en miras a la formación conjunta en pregrado, sino también a la investigación y transferencia hacia otras disciplinas, la industria y la sociedad”, explica Carlos Jerez, director del IMC.

Así comenzó a germinar el Instituto de Ingeniería Matemática y Computacional a partir de 2013 y fue avanzando en su materialización hasta que, en 2015, fue presentado a la Dirección Superior.

"Ya con actividades conjuntas en marcha, debimos asumir que existíamos entre 2016 y 2017 y en diciembre de 2017, el Honorable Consejo Superior aprobó la creación del Instituto de Ingeniería Matemática y Computacional (IMC)", señala el director de la unidad.

“Es un momento de alegría, porque la Facultad de Matemáticas se asocia con otra facultad de la UC, muy grande y relevante para la estructura de la universidad. Estamos muy contentos de haber llegado a acuerdo con la Facultad de Ingeniería y generar estos lazos”, señaló entonces el decano de la Facultad de Matemáticas, Mario Ponce.

El Instituto de Ingeniería Matemática y Computacional administrará a futuro, los títulos de Ingeniería Civil Matemática y Computacional y postgrados afines. 

“El nuevo título de Ingeniería Civil Matemática y Computacional, responde tanto al requerimiento de los estudiantes, como a la creciente necesidad de mercado. Además, permitirá a los alumnos provenientes de la licenciatura en Matemáticas, complementar su formación con este grado”, explica el director del IMC.

La articulación de la Licenciatura en Matemáticas es un hito histórico, que posibilitará a los alumnos que completan su sólida formación matemática, obtener, eventualmente, el título de ingeniero.

Un espacio concreto de interdisciplina

Tanto desde el punto de vista de conocimiento científico y tecnológico, como desde los requerimientos del desarrollo global, se habla de la necesidad del trabajo interdisciplinario y de colaboración industria-academia.

Para ello, señala Carlos Jerez, “se requiere de ciertos espacios formales, físicos incluso, en donde se generen estas conversaciones. Además, se necesita un grupo de personas generosas en aportar y querer aprender del otro. Eso es de alguna forma, el sello de los profesores del instituto y de lo que el mismo IMC ha logrado: un diálogo de forma concreta, no solo intenciones".

El IMC materializa las aspiraciones de contar con una unidad académica interdisciplinaria, para la investigación de problemáticas ligadas a aplicaciones de la matemática, estadística, ciencia de la computación y sus interacciones.

“Es un lugar donde ambas disciplinas, la matemática y la ingeniería, se encuentran de manera horizontal, en iguales condiciones, y donde las personas que formen parte se reunirán para resolver problemas de alto nivel de desafío intelectual, pero orientados a problemas del mundo real; evidentemente, tiene una distinción respecto del desarrollo teórico. Es una oportunidad de hacer investigación de alto nivel, con impacto más bien inmediato, en tiempos más cortos. Pero es también un reto interno y un reto para el país”, señala el decano de la Facultad de Matemáticas UC, Mario Ponce.

Al respecto, explica, “es un desafío porque se propone al interior de una comunidad donde se investiga la matemática de base, en donde nos encontramos con miembros que se enorgullecen con la frase poco afortunada de que en matemáticas 'investigamos cosas que no tienen utilidad'. Esta premisa, pese a que esta universidad otorga la oportunidad de hacer investigaciones que no necesariamente están motivadas por problemáticas inmediatas, es falsa. Es un desafío cultural que académicos de nuestra facultad vean al instituto como una posibilidad para encontrarse con gente de otras disciplinas y resolver problemas que son mucho más complejos que solo su faceta matemática”.

Por otra parte, señala, existe el desafío a nivel país de convencer a los sectores de que, desde la academia, exiten las competencias y la solidez para dar respuesta a retos y problemas públicos y privados. "Muchas dificultades de las industrias pueden ser enfrentadas por los equipos multidisciplinarios del instituto. Puede que las empresas no sepan, puede que haya un problema de comunicación, pero el desafío es poder encontrarnos y tener mejoras para el país”, puntualiza.