Ernesto San Martín opina sobre sistema electoral chileno en diario La Segunda


2020-01-17
"Todavía se discute la propuesta de paridad de género explicitada en el oficio 15.241 del 19 de diciembre de 2019 de la Cámara de Diputados. Se establece que las listas por distrito no pueden superar el 50% de candidaturas del mismo sexo, que la cédula esté encabezada por mujer, hombre, mujer, etc. La elección de los constituyentes estará sujeta al sistema de D'Hondt (Ley 18.700, art. 121), que rige el actual sistema, y que asigna sillas por lista: los votos que cada candidato obtiene contribuyen al total de votos que recibe la lista. Pero he aquí el cambio: una vez asignadas las sillas a la lista, se reparten al interior de la lista de forma alternada: mujer, hombre, mujer, hombre. Se establecen reglas en caso de que la lista obtenga un número impar de sillas.

Esta propuesta se ha criticado diciendo que se trata de “meter la mano a la urna”, pues se transgrede el principio “un ciudadano/un voto”. Pero si entendemos correctamente nuestro sistema electoral, hay que constatar que siempre se ha metido la mano a la urna, pues el principio “un ciudadano/un voto” se respeta en relación a los votos asignados a la lista (por medio del voto otorgado al candidato en la lista), no en relación a cada candidato. De hecho, en la última elección de diputados de 2017, en los distritos 3, 6, 7 13, 14, 15, 17, 19, 21, 23, 24, 26, 27 y 28 hay al menos un candidato de una lista que obtuvo escaños y que tiene más votos individuales que otro candidato de otra lista que también obtuvo escaños, pero que el primer candidato no fue elegido y sí el segundo.

En los distritos 1, 4, 5, 8, 9, 10, 11, 12, 16 y 20 se observa el mismo fenómeno, pero esta vez el candidato que no fue elegido pertenece a una lista que no obtuvo escaños. Así, la propuesta aprobada en la Cámara no puede criticarse por transgredir este principio. Resulta interesante decir que esta propuesta es similar a la de lista cerrada, en la que se vota por la lista, pero quienes obtienen los escaños quedan predeterminados por los que definieron la lista. En el sistema aprobado por la Cámara siguen siendo los ciudadanos a quienes corresponde señalar quiénes obtengan sillas, aunque podría ocurrir que en una lista solo se vote por mujeres o solo por hombres".

columna ernesto