En tiempos de pandemia, instituciones y personas deben tomar decisiones prácticas para la interacción con otras personas. Frente al desconocimiento de si existe contagio y de cuál es el comportamiento de las personas, las decisiones recaen en contar con un resultado PCR negativo ¿pero es suficiente?

“No. La sensibilidad de la prueba de diagnóstico PCR (sigla en inglés de Reacción en Cadena de Polimerasa) depende del momento en que se tome desde que la persona se infectó; entonces, la Calculadora Covid-19 permite conocer la posibilidad de falso negativo en diferentes momentos y calcular la posibilidad de que, luego de varios negativos, la persona resulte positiva”, explica Alejandro Jara, director del Núcleo MiDaS y académico de la Facultad de Matemáticas UC. 

La Calculadora COVID-19 es una plataforma abierta, de uso técnico que permite calcular la posibilidad de resultar positivo tras la aplicación del PCR, dependiendo del momento en que sea aplicado el examen en relación con los estados de riesgo previos. La iniciativa, del Centro para el descubrimiento de estructuras en datos complejos, Núcleo MiDaS, fue desarrollada por los académicos Rafael Araos, del Instituto de Ciencias e Innovación en Medicina de la Universidad del Desarrollo; Eduardo Undurraga, de la Escuela de Gobierno UC; y Alejandro Jara, director del Núcleo MiDaS y académico de la Facultad de Matemáticas UC. 

“Hay una creencia de que, si la prueba PCR sale negativa, es imposible estar contagiado y, por lo tanto, contagiar a los demás y eso no es real. Lo que muestra la evidencia sobre el nivel de efectividad que tiene la prueba de PCR es que, si una persona es negativa, el test resulta siempre negativo, pero si una persona es positiva, no siempre es detectada como tal y eso depende del momento en que la prueba sea tomada, desde que la persona fue infectada”, explica el director de MiDaS.

La Calculadora COVID-19 permite entender cuántos test deberíamos tomar y en qué momento deberíamos hacerlo, para saber que estamos sanos.

Es útil para la toma de decisiones de organizaciones e instituciones, para profesionales de la salud y para la población en general, ya que permite, en base a la información de exposición de las personas y al tiempo de toma del examen, conocer cuál es el riesgo de tener un “falso negativo” y contagiar a otras personas, y evaluar cuál es el nivel de riesgo que se está dispuesto a aceptar para interacciones con terceros.